¿Puede ser el mundo rural una salida profesional para las jóvenes generaciones? ¿Existen opciones realistas para emprender y desarrollar proyectos en el campo? A estas cuestiones ha tratado de dar respuesta el webinar “Oportunidades de negocio en el mundo rural”, organizado el 30 de junio dentro de ‘Talento Joven de la Gastronomía’, una iniciativa promovida por Basque Culinary Center (BCC) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España (a través de Alimentos de España), con la idea de “apoyar a los jóvenes que destacan en la cadena de valor de la gastronomía”.

Como recordó en la introducción de esta sesión virtual, Laura Ortega, jefa de área de la

Subdirección General de Promoción Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta iniciativa “es una excelente oportunidad para poner en valor los alimentos de España de la mano de jóvenes talentos, cuyas experiencias pueden servir como de ejemplo y animar [a otros jóvenes] a iniciarse en el mundo rural”.

Dinamizado por Javi Rivero, socio de AMA Taberna (Tolosa), este webinar contó con la participación de 3 jóvenes profesionales del mundo rural: Francisco Romero, apicultor y propietario deEl Zanganillo (Cádiz); Almudena Menéndez, ganadera de ternera asturiana (Somiedo, Asturias); y José Senande, CEO de oSIGris.

De su debate, se extrae una primera conclusión: la pandemia ha conseguido —¿contra todo pronóstico?— impulsar no solo el interés por el trabajo de productores, sino la modernización e, incluso, la digitalización del mundo rural. “Noté un cambio de locos. Hablo con muchas cooperativas y bodegas. Desde que fue la pandemia, hubo un cambio abismal a la hora de cómo recibir información y cómo desarrollar el producto. Antes, cogía el coche para ir a una cooperativa; ahora, me preguntan si quiero hacer la reunión por Zoom o Teams. Ahora solo tengo que desplazarme a un lugar para cerrar un acuerdo o una explicación muy avanzada. Sabemos que es un sector donde es fundamental la relación cara a cara, pero ha cambiado mucho la mentalidad a la hora e abrir la mente para trabajar de forma más rápida y sencilla”, reconoce el emperador gallego José Senande, CEO de oSIGris, ‘startup’ que ha creado un software aplicable a la agricultura.

“Desde que empezó la pandemia, notamos cómo la tecnología ha avanzado mucho más, por ejemplo, en temas de transporte y envíos de nuestros productos que ahora logramos realizar en 24 horas; se ha notado bastante”, añade Francisco Romero, apicultor y propietario de la firma gaditana El Zanganillo. En todo caso, insiste en que “se genera mas valor con una relación directa con el cliente”.

Mientras, la ganadera asturiana Almudena Menéndez considera que “la pandemia nos cambió la vida a todos y, en nuestro caso, nos dio un poco de visibilidad, la que creo que nos merecemos: la gente se tenía que quedar en casa, pero nosotros teníamos que salir y trabajar, no solo por los animales, sino por que si no salíamos, ¿qué iba a comer la gente? El objetivo del sector primario es producir las mejores materias primas para que a nadie le falte un plato de comida en la mesa y eso es muy gratificante. Espero que no se olviden de nosotros”. Y, por el lado tecnológico, esta emprendedora de Asturias añade que “la tecnología puede servir de gran ayuda para el agricultor y el ganadero”.

“Aquí, se han hecho grupos de consumo, por ejemplo, los mercados han generado relaciones vía Zoom, Teams o grupos de WhatsApp para vender sus productos. Es curioso cómo una pandemia ha forzado al sector a abrir la mente; es algo curioso que ha ocurrido; no todo el mundo va a dar este paso, pero sí puede ser una gran puerta abierta para que la gente joven dé el salto y termine de convencerse de que puede vivir del campo”.

Desde AMA Taberna (Tolosa), Javi Rivero, completa este balance de la ‘era pandémica’ por el lado de la producción.

Es una tendencia que va más allá y resume así: “La pandemia ha potenciado la relación directa entre el primer sector y  el consumidor final”. No hay que olvidar que este emprendedor y su socio, Gorka Rico, definen AMA Taberna como “un escaparte de proveedores de la zona; intentamos dejar de ser protagonistas como cocineros y que, de verdad, sean las estrellas y protagonistas los productores y los productos”. Sus cartas dan visibilidad a los productores, indicándolos en cada plato, aparte de vía redes sociales.

Sobre las formas en las que se podría abordar la adaptación tecnológica de negocios rurales, José Senande añade una buena reflexión: “¿Gracias a la tecnología, va a atraer más el campo? No. Que quede muy claro, el campo es bastante duro. No todo el mundo vale, porque lo veo, no porque me dedique a ello. La tecnología te puede ayudar a ver la forma de empezar en el campo”.

¿Puede ser el mundo rural una salida profesional para los jóvenes? “Puede serlo siempre y cuando te guste muchísimo. Si no te gusta, es muy difícil; tienes que cogerlo con muchas ganas y mucho empeño”, comenta Almudena Menéndez. “Quiero animar a todos los jóvenes que de verdad luchen por ello, porque imposible es solo aquello que no se intenta. Solo hay que saber que es una profesión dura. Saber que tantos animales dependen de mí es una gran responsabilidad, pero soy inmensamente feliz con lo que hago”.